miércoles, 14 de marzo de 2018

La razón por la que los perros esperan en la tumba de sus dueños por años y años

Nos hemos enterado de varios casos en que un perro camina por iniciativa propia al cementerio en donde enterraron a su amo y se queda haciendo guardia en la tumba. Y no estamos hablando de un solo caso, son varios y en diferentes partes del mundo.


Entre muchos casos, está Hachiko, el perro japonés emblema de la lealtad y la fidelidad en la cultura japonesa. Este perro se hizo famoso porque cada día caminaba de su casa a la estación de tren para recibir a su dueño, quien regresaba del trabajo. Pero, cuando su humano falleció, continuó yendo a la estación para esperarlo a lo largo de nueve años, hasta que falleció.

Pero, pese a que muestran claras señales de dolor, no podemos estar seguros de que nuestros amados amigos peludos sepan con certeza que estamos muertos.
Entonces, ¿por qué algunos perros esperan junto a la tumba de sus amos durante años?


Cuando muere una mascota puede representar, sobre todo para los niños, el primer contacto con la muerte y con el sentido efímero de la existencia y la inevitabilidad de la muerte. Enfrentándola es como nuestra conciencia se prepara poco a poco para que aceptemos más fácilmente ese hecho doloroso.

Y, en el caso de los perros, existen varios casos en los que han demostrado un gran pesar frente a la ausencia de sus amos, recostados sobre la tumba y sollozando sin control.

Entonces debemos preguntarnos: ¿los perros entienden la muerte?


Stanley Coren, profesor de psicología de la Universidad de Columbia Británica, indica que según las investigaciones actuales han podido demostrar que los perros poseen una mente equivalente a la de un niño de entre dos y tres años, y que definitivamente experimentan tristeza, dolor, incluso depresión cuando falta su amo, pero carecen de la inteligencia suficiente para comprender qué significa y qué implica la muerte.

En el caso de los niños, sólo hasta los 5 años comienzan a entender conceptos abstractos como el de la muerte y las ausencias definitivas.



Pero las investigaciones sobre cognición canina siguen apareciendo y arrojan luz sobre su comportamiento: son animales complejos con un alto grado de inteligencia social, y diversos estudios han demostrado que son capaces de entender el vocabulario humano, así como juzgar el tono de voz de una persona para saber qué significa lo que les están diciendo. Esta “intuición social” es lo que les permite desarrollar estrechas relaciones con los humanos y manifestar determinadas reacciones cuando sus dueños mueren.

Sin embargo, Stanley Coren insiste en que la capacidad de comprender el concepto de la muerte (la propia y la de quienes nos rodean) es exclusivamente humana (y tal vez, de un pequeño número de animales altamente cognitivos como los elefantes y algunos primates).

Los perros, animales en extremo sociales, están muy conscientes de la pérdida de un individuo importante en su entorno, pero no necesariamente tienen la percepción de que se han ido para siempre.


Así que, cuando un perro espera a su dueño por años, probablemente está esperando verlo de nuevo, y no se trata de guardar luto. Y, en este punto es importante señalar que los perros no sólo nos ven como proveedores de alimentos, sino que además conectan emocional e intensamente con nosotros.

Esa lealtad, incluso después de que sus propietarios hayan muerto, es una muestra del vínculo emocional que existe entre las dos especies.

Y en cuanto a por qué algunos perros esperan junto a las tumbas de sus humanos fallecidos, puede deberse al extraordinario olfato que poseen. Cuando el cuerpo se descompone libera más de 500 compuestos químicos diferentes, y ellos pueden detectarlos fácilmente. Tal vez esta capacidad olfativa les permite oler los restos de sus dueños y se sientan sencillamente a esperar que aparezcan de nuevo.

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